Las brochas y pinceles tiene por lo general un precio muy elevado, si se usan correctamente y se limpian de forma adecuada pueden durar de manera casi indefinida.
Las firmas de maquillaje fabrican productos limpiadores de pinceles de componentes volátiles, de secado rápido pensados para poder limpiarlos al momento y reutilizarlos al instante. Esto viene bien, sobre todo cuando no se tiene una gran cantidad de pinceles y los necesitamos al instante.
Al acabar una sesión si no tenemos que volver a utilizarlos hasta el día siguiente, lo conveniente es lavar los pinceles con agua tibia y jabón neutro en pastilla, jabón “Chimbo” por ejemplo…
Con el pelo húmedo daremos varias pasadas por la parte plana del pelo sobre la pastilla de jabón también humedecida, hasta hacer espuma.
Luego frotamos con los dedos suavemente para que suelte los restos de producto y lo enjuagamos con agua. repetimos la operación, en caso necesario, hasta que la espuma salga blanca. Los maquillajes en crema y los agua-color dejan residuos mas persistentes.
Una vez limpios presionamos los pelos para escurrir el agua manteniendo su forma. Eliminamos el exceso de humedad con un tisú y los dejamos secar tumbado sobre una toalla.
No guardaremos nunca los pinceles húmedos en un estuche cerrado, ni los colocaremos con el pelo hacia arriba, la humedad puede pudrir los pelos, afectando a la madera del mango y al encolado con la virola.
Una vez bien secos frotamos los pelos sobre una superficie limpia para airearlos y los guardaremos en una manta de pinceles o estuche procurando que los pelos no se deformen.
